Raíces Ardientes   (Ancestros V - 04/2025)

"Raíces Ardientes" es una exploración visual del dolor presente en diferentes etapas de la vida, donde se entrelazan el vacío fecundo y las etapas naturales de la existencia, con la memoria desempeñando un rol determinante. A través de esta obra, busco expresar un profundo anhelo de liberación sin caer en la literalidad.

La obra refleja la dualidad del sufrimiento y la búsqueda de libertad, permitiendo que el espectador sienta el peso de la experiencia mientras persevera hacia la esperanza de la sanación. Las raíces, como símbolo de conexión, representan la complejidad de nuestras memorias y emociones, evocando un espacio donde se confrontan el dolor y la renuncia.

Utilizando carbonilla, mis líneas son dinámicas y caóticas, revelando la tensión inherente al proceso creativo. Este uso de la materialidad enfatiza la opresión del dolor y la lucha por liberarse de sus ataduras, generando un diálogo visual que invita a la reflexión. La gráfica provoca diversas emociones en el espectador, donde cada trazo invita a una interpretación única y fomenta una conexión personal con la obra.

Al interactuar con las imágenes, el público puede enfrentarse a sus propios vacíos y pérdidas, creando un espacio de empatía y autoexploración. "Raíces Ardientes" busca generar un diálogo sobre el dolor y la búsqueda de la libertad. En cada trazo, hay una invitación a la evolución y la posibilidad de nuevos inicios, reflejando cómo el arte puede ser un medio para enfrentar y transformar el sufrimiento en una experiencia significativa.

Raíces Ardientes

En el susurro del tiempo,
donde el dolor se enreda en raíces,
nacen los ecos de memorias,
un vacío fecundo que abriga el ser.

Bajo la sombra de etapas perdidas,
el sufrimiento danza con la libertad,
como un ave herida que anhela el cielo,
en su vuelo, la esperanza renace.

Las raíces, en su abrazo profundo,
tejen historias de emociones ocultas,
con cada trazo, la carbonilla habla,
un lienzo caótico, un grito silente.

Aquí, el dolor se convierte en arte,
un diálogo entre sombras y luces,
donde el espectador se encuentra a sí mismo,
en cada línea, un reflejo, un espejo.

Y al mirar hacia adentro,
enfrentamos nuestros propios vacíos,
abriendo puertas a la empatía,
hacia la sanación, hacia el nuevo inicio.

Así, en "Raíces Ardientes",
el arte se vuelve un faro brillante,
un viaje de transformación,
donde el sufrimiento se alza en belleza.

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